sábado, 23 de mayo de 2015

La luz del viejo faro

Faro: "Torre alta en las costas, con luz en su parte superior, para que durante la noche sirva de señal a los navegantes.
Aquello que da luz en un asunto, lo que sirve de guía a la inteligencia o a la conducta."

El anhelo de los marineros perdidos en la inmensidad de la mar.
La luz de guía.
La esperanza en la inmensidad de un todo que, a veces ahoga, aunque otras veces sea lo único que tengas. Lo único que vales. Lo único que eres. Tu vida, tu todo, tu tú.

A veces te creo mi faro. Otras veces mi Kraken.

El puerto en tierra después de meses en ese eterno charco. En esa nube líquida, consumida por el tiempo.

La luz de los amigos. De tu amistad. Del consuelo en los malos momentos. De los malos ratos contigo. De las dudas, las mías, infundadas.

En mi Rompido hay un faro centenario que, durante años ha sido el amanecer en la noche de tantos hijos de la mar. Siendo sustido ahora, por otro más moderno, más de ahora, quedando así hundido en el olvido.

Que te demuestren más en 6 meses que en 6 años. Las preferencias. Que te rayes más por nuevos que por ellos. Que otros perdueren. Y que estos lleguen pisando fuerte, rompiendo el suelo.

A ti, que me aguantas todo esto. Como muchos no lo hubieran hecho. A ti, que es que si, aunque para otras cosas sea que no.

"No busques un camino, busca un sendero, que siendo más pequeño es más tuyo y más verdadero".

Aunque el sendero sea oscuro, aunque haya murciélagos y cuervos, no es tan malo, siempre aparecen ellos, tus apoyos de siempre, tu bastón. Y de pronto aparece alguien, que no has visto nunca antes, que te suena su cara de hace poco y él, sonriendo, te brinda una literna, y una litrona.

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