domingo, 3 de mayo de 2015

Para no volver nunca

Ves a la luna reírse de ti, ahí, desde la oscuridad, rodeada de amigas y con ese humo a su alrededor. Siempre colocada.

Su único problema es estar tan buena y que Lorenzo no tenga cojones a alcanzarla. Aunque lo intente todos los días. Tonto y enamorado. Y es que, cuando él sale, ella se pone, puesta. Más puesta que nunca.

Alumbra tu retorno, que sabes que ya no es el mismo. Ese rerorno que sabes que ya no quieres. Y que no sabes por qué haces.

La luna oculta su peor cara, la cara que no nos deja ver. La que nos aterrorizaría porque es nueva y totalmente distinta. Siempre tiene algo que ocultar, como todos.

Y ahora me mira y me ofrece una calada, risueña.

El problema es que solo no me sienta muy bien.

Alíñame.

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