Mientras destendía, ya secas, todas mis camisas de fuerza, comencé a entender que todo esto no lo he escrito ni por darte ni por darme.
Supongo que simplemente llega el día en el que aprendes la diferencia entre querer, poder y apetecer.
Y es así, al igual que puedes enamorarte de una persona que no existe, dejando que la selección natural siga su curso.
¿O es que no ves que a pesar de estar vacío yo sigo siendo mío?
No soy un juguete, no soy un diseño.
Ni nada que puedas modelar por tus fantasías o por tu sueño.
Yo soy yo, conmigo, aún sin ti.
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