Magia negra:
Érase una vez, en una villa con mar hace no mucho tiempo, un noble cuco que volaba partiendo las nubes que le ponía el camino.
Un buen día el cuco se dejó sucumbir por los encantos de una paloma que, aunque un tanto inestable, mostraba unas formas y unas maneras demasiado peculiares, interesantes.
El cuco y la paloma tuvieron un idilio bajo la atenta mira de unos cuantos búhos fisgones que nada se pierden. El amor floreció, y volaron juntos escribiendo un camino a ninguna parte que ninguno de ellos entendía.
De pronto, un día todo se truncó cuando el cuco, aterrorizado, se enteró que la paloma no era paloma sino cuervo. Entonces el cuco huyó despavorido dándose cuenta de que él tampoco era cuco sino gallina, y las gallinas no vuelan.
¿Y qué pasa ahora? Que el cuervo y la gallina tampoco se llevan tan mal. No son tan distintos pero... ¿Saben qué?
Todo el mundo sabe el final de este cuento porque los pájaros no pueden comer perdices.
Cuando el grajo vuelva bajo hace un frío del carajo.
"Dedicado a L. y M., con cariño, por todas las risas que me disteis y me dais".
No hay comentarios:
Publicar un comentario