Aquí, yo mismo, ahora. Mi sonrisa torcida...
Tiré la piedra. Y nada. Entonces esperé tres segundos. 1... 2... 3... Y para mi sorpresa, nada, de nuevo, nada. No tenía más piedras por lo que decidí alargar la espera. 4... 5... 6... 7... Y hoy aquí, aún sigo esperando.
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