sábado, 31 de diciembre de 2016

2017

Mis deseos van de que ocurra, con el tempo que quieras darle.


Me he dado cuenta. A las mujeres que yo quiero le sobran alas, y a los hombres le sobran plumas. Porque en el bar donde estoy, meo con la puerta abierta y fumo dentro, porque el humo no molesta, porque aquí, no molesta nada. Es donde los perros llegan hasta el fondo, y la zorras, y los zorros, son los protagonistas de la noche. Donde no hay sexualidades ni colectivos. He madurado aquí, y eso me ha hecho un ser rico conmigo mismo, que no quiere ser hombre ni quiere ser nada, más que un alma pensante que es consciente de sus cadenas y busca otros hilos.

No quiero avergonzarme de nadie, menos de mí, o no estar a gusto con el hecho de estar. Para así poder ser feliz sólo siendo. No quiero amigos que no me quieran. Ni familia que no me sienta, porque la sangre es aleatoria, y un grupo de células que se parecen no pueden ser determinante.

Hoy, por primera vez en mi puta vida, me miro y me quiero, y te miro, y te quiero. Y soy feliz conmigo, y soy feliz donde tú estés, sin más.

Sé que de eso me he dado cuenta sólo yo, pero no me importa. Porque me quiero, me quiero, me quiero... Me quiero así, aquí y ahora. Y sólo... O acompañado... Puedo llegar donde yo quiera.

Hoy reniego, por fin, de lo que nos impide convertirnos en lo que sabemos que podemos ser. Espero que tú, querido amigo lector, también te des cuenta. Y veas que te quieres. Y, sobre todo, que eso te haga profundamente feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario