Es curioso como se pueden tardar días, meses, años... En forjar una amistad, en ser confidentes, fundamentales, mutuamente necesarios.
Es curioso como a algunos le faltan años para conseguirlo y a otros con un par de meses les sobra.
Es curioso como algunos pueden tirar todo eso a la basura, todos esos años, en cuestión de segundos. Porque nunca fueron realmente lo que tú creíste que eran.
Es curioso como otros, a pesar de los años y de los daños, siguen ahí, más amigos que nunca.
Están los que son, nunca han sido los que se van. Y si no se van, los echo. Metafóricamente, claro. Porque la presencia física es totalmente irrelevante.
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