La omnipresente levedad de una cebolla francesa.
Hoy no es mi día en las cartas. Hoy no es mi día.
Lo era hasta no se qué momento exactamente.
No sé en qué momento últimamente todo se trunca.
No es por nadie.
Es por mi, no es por nada. No se. Nunca se.
Ya no se ni escribir.
A quién me enseñó y estuvo siempre ahí. Y que ahora no está para enseñarme qué coño me pasa
No hay comentarios:
Publicar un comentario