Os confesaré algo, me agobio muy rápido. Me asusta mi propia indecisión cuando de ella depende de la integridad de otra persona que no tiene indecisiones. Porque a mí me agobian las indecisiones cuando me afectan de forma personal, aunque sea indirectamente. Es eso de "no entiendo nada".
Realmente me agobian las dudas propias y ajenas. Me planteo de manera excesivamente excesiva las cosas. Le doy mil vueltas. Y eso son muchos excesos. Pero sé lo agobiante que es, y lo ridículo que te sientes cuando te afecta psicológicamente demasiado los actos o pareceres de otra persona. Por eso rayo un disco rayado pensando en los hechos cuando de mi depende la moral personal ajena. Hablo de incertidumbre, de esa agonía.
La dependencia. "Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien..." Es triste o bonito según se mire. Pero está claro, no hay nada que nos afecte más que la sociedad en sí, y luego, parcialmente nuestro entorno, la gente que nos importa, nuestros amigos, familia, amantes. Los pensamientos comunes, sociales. Crear una imagen social que creas incorrecta.
Sigo confesando; no entiendo mi movida de hoy, no demasiado. Aunque creo que es más de lo mismo, la misma raíz de problemas o movidas parecidas, la de siempre. Las dudas, las inseguridades, eso de lo que todos sabemos mucho y casi nadie habla. Necesito ya un rato alternativo, con sus charlas, como los de antes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario